Es de noche, temprano. Vamos en el auto con mi hermana, su nuevo novio y la Cuqui. Yo voy manejando y ellos van los tres sentaditos atrás. Bajamos por Terú, hacia la Rambla, y hay terrible luna, enorme, amarilla, bien cerca del mar. Descomunal.
Los tres adultos al unísono:
"Pa, mirá lo que es la luna"
Cuqui caminando por arriba de todos:
"¿Adónde, adónde?"
Nuevo novio:
"Allá adelante, arriba del agua, ¿la ves?"
Cuqui:
¡Sí, está cerquita y gigante!
Nuevo novio:
"En realidad está lejos, pero yo tengo un aparato que sirve para que la luna esté cerca. Sirve para ir a muchos lados a mirar cosas"
Cuqui:
"¿A qué lados?"
Nuevo novio:
"Podés ver lo que pasa en otros planetas, en las estrellas, en cualquier parte del cielo. ¿A dónde te gustaría ir con mi telescopio?"
Cuqui:
"A un teatro"
Todos me miran con cara de
"Pobre niña; ¿Qué le estás haciendo?"
lunes, 1 de septiembre de 2008
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1 comentario:
La Cuqui divina, como siempre.
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